jueves, 31 de diciembre de 2015

Punta de Choros, Chile.

Punta de Choros es una población pequeña ubicada en la región de Coquimbo, Chile, el lugar goza de una belleza natural, mar, playa, bahías, caletas e islas.
Isla Damas es una isla, famosa por ser parte de la reserva nacional de Pinguino de Humboldt, para llegar a la isla hay que tomar una lancha en Punta de Choros
Era un fin de semana largo, estaba aburrido y con unos cientos de dolares disponibles, así que no lo pensé mucho y partí a la estación central de buses.
Desde pequeño estoy obsecionado con los viajes en lancha, recuerdo ver con entusiasmo las escenas de peliculas donde la gente viajaban en lancha, en medio del mar y luego quedaban atrapados en una tormenta, bueno, no me gustaria quedar atrapado en una tormenta.
Lo que realmente disfruto al viajar en lancha, es sentir como la ola te eleva y luego te baja, sentir esa cantidad de energía que tienen las olas, al final es adrenalina lo que busco.
Por no haber planificado con anticipación no alcancé a comprar el ticket para el Bus, así que estuve unas tres horas en la terminal, esperando que alguién no abordara y así poder viajar, finalmente lo conseguí y partí a Punta de Choros.
En punta de Choros no hay mucho que hacer, salvo tomar sol en la playa mientras lees un libro o tomas cerveza, lo mio era viajar en lancha a Isla Damas, las lanchas parten con un minimo de personas por lo que hay que esperar un tiempo.
Disfruté mucho el viaje, aunque no miré ningun pinguino y menos los delfines, hay gente que asegura haberlos visto, no fue mi caso.
Conocí a una pareja joven con quienes pasamos charlando toda una noche mientras tomabamos cervezas y comiamos empanadas.
El viaje es recomendable, para llegar a Punta de Choros hay que llegar a La Serena y de ahí preguntar por los buses que salen a Punta de Choros, hay que salir en la mañana ya que estos buses sólo tienen  salidas en la manaña y noche, una gran parte del camino está pavimentado, el resto es camino de tierra.




martes, 29 de diciembre de 2015

Malas experiencias al viajar

De los cinco anios que llevo viajando he tenido dos malas experiencias que pusieron en riesgo el viaje, ambos fueron ocasionados por mi persona.
Diciembre 2013, la empresa obtuvo un proyecto en Mexico, se me dio la oportunidad de viajar, previamente habia viajado a Colombia. Un par de meses antes descubri que mi pasaporte estaba vencido e inmediatamente realice los tramites necesarios pero el pasaporte me llegaria hasta enero del proximo anio. El famoso "pense que" y la suerte esta vez no estuvieron de mi lado. Al pasar en aduana y ver que mi pasaporte estaba vencido, no me dejaron abordar el avion. Hice de todo, gritar, llorar, amenazar, poner la cara del gatito de shrek. No hubo caso, perdi el vuelo, al dia siguiente tenia que dar la cara en la empresa, afortunadamente no hicieron dramas y este incidente ya quedo en el pasado. Ahora siempre estoy pendiente de que mis documentos esten al dia.
La ultima escena tragica ocurrio en mi ultimo viaje, se me ocurrio salir con el carnet de identidad en lugar del pasaporte, al llegar a la frontera de Bolivia me retuvieron por no llevar la tarjeta correcta, el tour estaba pagado y estabamos a 2 horas de la aduana, el viaje estaba en riesgo, fue necesario usar todos mis recursos para persuadir al personal de seguridad. Afortunadamente se ablando un poco y despues de negociar me permitio ingresar a Bolivia. Fue un momento critico e intenso.
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domingo, 27 de diciembre de 2015

La primera Navidad que recuerdo

Hasta el último día que viví en casa de mi madre nunca festejamos la navidad en Familia, en casa no hubo arbolitos de navidad, ni canciones ni regalos. Por fortuna en Mexico se festejan las posadas, nos juntabamos todos los del barrio a tomar champurrado, a comer tamales, a recibir los aguinaldos; esa bolsa que por dentro tenía galletas en foma de animalitos, cacahuates y muchos dulces.
También nos divertiamos rompiendo la piñata, era hermoso reunirnos todos los chicos del barrio, jugar, correr, reir. Esos pequeños momentos me hacían muy feliz.

Hoy estoy fuera de México, me siento afortunado de contar con gente que aprecio y que me aprecian, son una familia para mi. Esta navidad fue complicado decidir con quien pasarlo, me decidí pasarlo con mi gran amigo, aquel que ha estado conmigo en las buenas y en las malas.

La pasé muy bien, abriendo los regalos, bailando, cantando y tomando Champagne en compañia de mis amigos, creo que es la primera navidad que merece ser contada.
Aquí algunas fotos.








viernes, 20 de noviembre de 2015

La chica con la sorpresa en la mochila

No tenía deseos de compartir esta historia por este medio, sin embargo, ha formado parte de mis últimas conversaciones. Hace un par de años átras descubrí que me gusta la fotografía y eso implica viajar, porque una foto debe contar una historia, debe transmitir emociones, sentimientos... y así.
Abril 2015, de manera espontanea decido viajar a Valdivia, Chile. Lo hice en compañia de mi más que amigo PatoLogico, sin saber que ese sería nuestro último viaje juntos.
Tercer día de viaje, decidimos visitar la isla Niebla. Niebla es una localidad costera de la Región de los Rios, Chile, perteneciente a la comuna de Valdivia, se ubica frente al puerto del Corral. Cómo siempre, PatoLogico levantandose tarde, salimos de Valdivia cerca de las 11am, tomamos un bus que nos llevaría al puerto de Corral, nos quedamos dormidos y despertamos pasando 2 kilometros del puerto Corral, regresamos caminando.
Me encanta las emociones fuertes, la adrenalina, muchos asocian adrenalina con peligro, en la mayoría de los casos es así, pero no siempre, es por la adrenalina que me encanta viajar en lanchas pequeñas, sentir como estas rodeado por el mar, ver las olas y sentir lo atemorizante que pueden llegar a ser. Bueno, pillamos una lancha la cual nos llevaría a Niebla, ya estabamos cerca de 8 pasajeros, casi a punto de partir cuando llega una chica de unos 19 años, de aspecto humilde, con los cachetes bien marcados, llevaba una sudadera azul con letras blancas, la sudadera incluía un gorro el cual llevaba puesto. Pero lo que me llamo la atención fue que llevaba una mochila, y la llevaba enfrente cuando normalmente se lleva en la espalda, ádemas la llevaba con sumo cuidado, abranzandola como si la mochila fuese un bebé.
Llega y se sienta en una banca justo enfrente de mi, abre la mochila y lentamente se va asomando un gorro, sigue subiendo y voy descubriendo la cabeza de un gatito. Era un gatito lo que llevaba dentro de la mochila, el gatito no era para nada timido, el gorro era de colo gris con figuras blancas, el gatito gris con rayas negras, tenía una mirada muy expresiva que transmitía tranquilidad, calma, se sentía comodo. Ver esa escena era la definición de ternura, deseaba tanto sacar la camara y capturar ese momento, pero no quería arruinar la escena, si hubiera llevado otro lente especifico para la ocasión, me hubiera alejado y discretamente haber tomado la foto.
Pero así es la fotografía, las buenas fotos son espontaneas y no siempre se toman al antojo del fotografo.
Me guardo esa escena para mi mismo, pasaran los años y seguirá en mi memoria.