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lunes, 2 de julio de 2018

Salida al Valle Nevado y Farellones

Uno de los grandes atractivos de Chile es sin duda la cordillera de los Andes, y en invierno se cubre de nieve. Termine en tiempo y forma mi semestre universitario, así que podía relajarme. En estos días conocí a una mujer, alegre, aventurera y viajera, una mujer apasionada por la vida y que aprovecha  el tiempo al máximo, así que aproveché la ocasión y compartimos esta aventura.
Fue la primera vez que voy a la nieve, fui a sentir lo que es una nevada, a tocar la nieve y sentir ese viento frío, muy helado.

Fue una semana laboral muy intensa y estaba muy agotado, así que solo quería dormir hasta muy tarde, pero el bus que me llevaría al valle nevado salía las 8:30 am, así que no había opción, tenía que levantarme si o si.

Mientras subíamos la montaña  veía el paisaje y me recordaba a mi infancia, aquel lugar donde crecí, rodeado de la naturaleza, un tesoro invaluable, montañas, arboles, viento, sol y lluvia. Tengo que regresar pronto, definitivamente.

Finalmente llegamos a Valle Nevado, 3000 metros sobre el nivel del mar. Creo que esta salida me permitió reencontrarme con mi niño interior, y es que en este tour, iba una niña de unos 13 o 14 años. Ella era feliz revolcándose en la nieve, y creo que me contagio esa buena vibra, esa alegría, pasa que creo que uno puede ser feliz con aquellas cosas simples, la felicidad es simple pero en ocasiones nos complicamos la vida.

Definitivamente lo que más me gustó fue deslizarme por la nieve en un trineo, adrenalina y empaparme de nieve. Sin duda me hubiese quedado todo el día subiendo aquellas colinas y deslizándome una y otra vez. Pero se requiere tener buena condición física y he descuidado el deporte, definitivamente debo retomarlo... y pronto.























domingo, 8 de octubre de 2017

De visita al templo Bahai

He tenido días con muchas obligaciones, el trabajo y la universidad me tenían agobiado así que solicité un descando de 15 días, aproveché en descansar, dormir hasta muy tarde, desayunar con toda tranquilidad y leer los cientos de correos en espera. Esta semana recibí un mensaje de una gran amiga, me preguntaba si deseaba acompañarla a visitar el templo Bahai. A ella le gusta la fotografía, experimenar con diferentes posturas y angulos, así que imaginé que sería divertido visitar este hermoso templo y aprovechar en tomarnos muchas fotografías. Me emocioné y acepté la invitación.
Llegó el día domingo y como siempre, me levanté algo tarde, desayune rapido, me duché y partí al lugar del encuentro acordado, como ninguno de los dos tiene auto decidimos ir en tranporte publico, tomamos una micro que nos acercaría al lugar, en el trayecto bromeamos y reimos, así llegamos a la última parada. El templo se encuentra en un cerro, es necesario subir el cerro, hay autos colectivos que te cobran menos de 2 USD para llevarte hasta el templo, nosotros fuimos a buena hora porque no había poca gente.
El regreso lo hicimos a pie ya que los colectivos estaban saturados, fue divertido ver como algunos conductores no eran tan buenos con la subida y el auto se les apagaba, volver a retomar la marcha era todo un desafio.















martes, 20 de junio de 2017

Conquistando la cima del Manquehuito

Hace meses que me nació el deseo de tomarme una foto con la imponente cordillera detrás de mi, la universidad, el trabajo y la salud, me lo habían estado impidiendo. Me puse a buscar un lugar que fuera fácil de acceder y que permitiera contemplar la cordillera. Recordé que había escuchado del cerro Manquehuito, en voz de un excompañero de ciclismo. Este domingo justo coincidió con un sábado de lluvia, era el día perfecto, tenía que subir.


Llamé a mi amigo Pablo Veneno, un cuate aperrado, que disfruta de los retos, quien prefiere un día de actividad a una noche de fiesta mientras te emborrachas hasta el amanecer. No me defraudó y acepto acompañarme.
Sábado en la noche, fui a una fiesta, esta vez me propuse no tomar nada de alcohol y me mantuve firme, nada de alcohol. Disfruté del ambiente, de la comida y del baile. Me retiré temprano para reponer energía y partir al cerro el domingo en la mañana.
Domingo en la maña me despierto temprano, saco a pasear a mi perrito Tommy, desayuno y preparo la mochila, llevo frutas como plátano y naranja, un litro de agua (debí haber llevado 2 litros), galletas y una colación.
Al llegar al punto de encuentro donde quede de juntarme con Pablo, me llevé una grata sorpresa, se habían unido más personas, incluso uno de ellos ya había hecho el recorrido por lo que su experiencia fue bien recibida.
Por fortuna el transporte publico te deja muy cerca del sendero para subir al cerro, caminamos no más de 2 horas, un camino muy empinado, fuimos despacio, a nuestro ritmo. Mientras caminaba, pensaba en que quizás no lograría llegar a la cima, el viento, el frió y un malestar en la garganta complicaban el camino. Pero a pesar de dar pasos lentos y pequeños, mientras transcurría el tiempo estábamos cada vez más cerca de la cima, así hasta que finalmente llegamos.
Una vez arriba, se siente el aire limpio al respirar, estar ahí valió todo el esfuerzo, aire limpio y una vista espectacular, de hecho mientras escribo estás lineas recuerdo perfectamente cada detalle, el dolor en las piernas, el frió, el viento helado y la garganta con dolor, pero nada de esto importaba, ya estaba en la cima, eso era lo que importaba.
El descenso fue más rápido, pero las piernas flaqueaban, el frió aumentaba, estaba agotado pero feliz, sentir que logré cumplir mi deseo, tomarme una foto con la cordillera de fondo.
Total gastado: 5 USD












sábado, 13 de febrero de 2016

Viaje por Bolivia hasta el salar de Uyuni

Fue una de esas noches en que salir a cenar con Andrea, una antigua amiga, entre la conversación surgió el tema de los viajes y por recomendación de unos desconocidos, decidimos viajar al norte de Chile, esa misma noche compramos los pasajes. El dia del viaje, por conflictos entre nosotros viaje solo, no era la primera vez así que no me preocupó en absoluto.
Llegué a una ciudad que se llama Calama, posteriormente tome transporte para llegar a una pequeña población con nombre San Pedro de Ataca, un lugar muy tranquilo para relajarse.
Pasé la noche en San Pedro y al día siguiente tomé un tour hacia Bolivia, nos fuimos cinco personas en una camioneta, el tour duró tres días, salimos de San Pedro con destino final el Salar de Uyuni.
En estos tres días pude conocer a mis compañeros, compartimos experiencias, historias, fue una experiencia muy agradable. El clima si que fue extremo, calor en el día y frio en la noche, una altura muy considerable que afecta la presión por lo fue necesario una buena dosis de ibuprofeno, por suerte a medio viaje hay un lugar de aguas termales donde se relaja uno. En general este ha sido uno de mis mejores viajes.