domingo, 29 de octubre de 2017

Cosas de la vida: Evita ser estafado

Había ya escuchado varias historias de personas que fueron estafadas, pero, a mi no, nunca me pasaría eso, yo era más listo que esas personas, me dije. Lo cierto es que nadie está a salvo, todos estamos expuestos a ser estafados, así que lo mejor que podemos hacer es aprender de la experiencia de otros y dudar siempre de las oportunidades que se nos presentan.

En el año 2008, en la pequeña ciudad de no más de 30 mil personas donde aun vivía yo, existían sociedades de ahorro y prestamos, dicha sociedad debería funcionar con voz y voto de los socios, pero en la realidad los socios solo ponían capital y recibían una utilidad. Cierto día empezó a correr el rumor de que una de estas sociedades estaba dando un retorno de utilidad del 21% mensual, esta sociedad tenía varias sucursales por todo el estado.
Muchas personas corrieron a depositar sus ahorros, incluyendo a mi madre que no quiso perderse la gran oportunidad, la gran oportunidad decía ella, y así fue como fue a depositar una suma considerable Yo era niño, y muy descuidado, no cuestionaba lo que me decían, obedecía  cual niño obediente. Mi madre me comentó antes de realizar el deposito, pero yo solo asentí con la cabeza sin decir nada. Pasaron un par de semanas para enterarnos que la acta directiva, el gerente general y dos o tres colaboradores más, se habían dado a la fuga llevándose con ellos cientos de millones de pesos, producto del ahorro de los socios.
De esta experiencia aprendí algunas cosas, cuando muchas personas corren hacia un lugar, antes de que uno salga corriendo detrás de ellas, se debe parar, reflexionar y no sólo actuar por impulso. Una inversión que prometa más del 3% de rentabilidad mensual, no es una inversión sostenible en el tiempo, hay que dudar de ellas. Siempre, siempre se debe diversificar y no postar todos tus ahorros en un mismo lugar.

La segunda anécdota le pasó a un amigo, justo había salido de una reunión y salió a caminar para despejar la mente, iba caminando cuando de pronto miro al suelo y se encontró con un rollo de billetes, al principio no estaba seguro de lo que era, pero después confirmó que era un rollo de billetes, lo tomó, siguió caminando y apresuró el paso, no paso mucho para que una persona lo alcanzará y le dijera que lo había visto recoger el rollo de billetes, pero que no se preocupará porque no iba a decir nada, pero con una condición, que le pasará una cantidad de dinero. Uno pensaría que mi amigo sacaría esa cantidad del mismo rollo de billetes encontrado, lo cierto es que no, mi amigo sacó la cantidad de dinero de su propia billetera, probablemente no tenía la cantidad que el sujeto pedía para guardar silencio, así que le entregó todo lo que tenía en la billetera, que más daba si ese día estaba de suerte. Al llegar a casa saco el rollo de billetes encontrado sólo para darse cuenta que sólo el primer billete era real, el resto billetes falso.

Tengo otras historias que contaré más adelante.

Por cierto, existe un fideicomiso para cuando una sociedad se va a quiebra, al final mi madre recuperó cerca del 70% del capital que le estafaron.


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